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Watch Dogs Legion nos lleva a una versión distópica de Londres, en un mundo abierto después del Brexit, en el que todo ha cambiado en la capital británica y que está dominada por la tianía de la organización Albion. En la tercera entrega de la saga Watch Dogs podemos ver cómo se mezclan elementos de contexto heredados directamente de nuestro mundo, con otros de fantasía para esta siniestra versión futurista de la célebre ciudad en la que volvemos a interpretar a un personaje de Dedsec.
En Watch Dogs Legion podemos encarnar al personaje que deseemos, de hasta 20 alternativas posibles, puesto que todos los ciudadanos de la ciudad son plenamente controlables, sin importar si son vagabundos, millonarios, ancianos o jóvenes. Todos con sus animaciones propias, voz, personalidad y muchos otros elementos, y que podemos personalizar en tres estilos de combate: sigilo, especialista y soldado. Tenemos que tener cuidado, puesto que los personajes pueden mejorar y evolucionar, pero si mueren los perderemos para siempre.
Por supuesto, la campaña del videojuego cambia en función de a cuál estemos controlando y cómo estemos enfocando la aventura. El clásico esquema de los videojuegos de Ubisoft en cuanto a misiones principales y secundarias se mantiene en Watch Dogs Legion, una obra que tiene más de 60 objetivos principales que llevar a cabo y cinco arcos argumentales propios.
